El culto a los muertos tras la cosecha es una antigua tradición rural en Asturias. Romanos y celtas honraban a los espiritus de sus muertos por estas fechas.En nuestra casa también queremos acordarnos de nuestros antepasados en estos días. Ellos construyeron el Berdial.
James Frazer escribía en su famoso libro de antropología El miedo a los muertos: «La gran mayoría de los hombres creen que la muerte no pone fin a su existencia consciente, sino que aquélla sigue durante una temporada indeterminada o infinita, después que la frágil corteza corporal que había alojado un tiempo dicha conciencia ha sido reducida en polvo».
En la teoría psicoanalítica, Tánatos es la pulsión de muerte, que se opone a Eros, la pulsión de vida. La “pulsión de muerte” identificada por Sigmund Freud, que señala un deseo de abandonar la lucha de la vida y volver a la quiescencia y la tumba.
En las culturas antiguas como la china y egipcia el culto a los muertos es un símbolo de unidad familiar. Les rendían culto construyendo templos y pirámides. En la cultura china por ejemplo, en los aniversarios, se quemaba incienso, se encendían candelas y colocaban ofrendas de alimentos sobre un altar. Eran los días en los que se recordaba a las grandes deudas que se tenían con los antepasados.
Los antiguos egipcios creían que el individuo tenía dos espíritus. Cuando se fallece, uno va al más allá y el segundo queda vagando en el espacio, por lo que tiene necesidad de comer. Consideraban que este espíritu vivía en el cuerpo que ellos cuidadosamente habían embalsamado, de esta manera el espíritu podía seguir existiendo. Este espíritu era quien recibía las ofrendas.
Entre los aztecas la fiesta de muertos está vinculada con el calendario agrícola prehispánico, porque es la única fiesta que se celebraba cuando iniciaba la recolección o cosecha. Es decir, es el primer gran banquete después de la temporada de escasez de los meses anteriores y que se compartía hasta con los muertos.
Mientras tanto practiquemos con los guisos de calabaza y los huesos de santo y demosles la bienvenida a nuestros amigos de Valladolid.
El Cenador: el Blog del Berdial 